Esferomasaje, el arte de lo circular

Artículo escrito por Paula Pokoik
Directora del Espacio de los Siete Soles

Todos buscamos sentirnos en armonía y saludables. Sin embargo, la vida cotidiana nos obliga a exponer el cuerpo a infinitos estímulos que pueden expresarse en síntomas como malestares o contracturas. Los terapeutas que trabajan éstos desequilibrios con una mirada holística, entienden que cada ser humano es único e irrepetible. Por ello es que hay infinitos caminos desde las terapias complementarias para acompañar a cada individuo de acuerdo con su motivo de consulta.

El uso de las esferas como método de trabajo corporal se remonta a principios del siglo XX. Fueron utilizadas en Suiza en círculos terapéuticos para el tratamiento de trastornos neurológicos y, posteriormente, en Estados unidos para el estudio de patrones de movimiento.
El concepto de “Esferomasaje, el arte de lo circular” es la unión de algunas de estas técnicas de esferodinamia, maniobras de masaje y ejercicios isométricos, de pilates y yoga. Esta disciplina consiste en trabajar con esferas de tamaños, niveles de aire, texturas y pesos diferentes con el objetivo de promover el bienestar físico, mental y emocional. La forma circular permite realizar trabajos musculares de una manera distinta y el tono de la esfera ayuda al tono corporal, puesto que el sistema nervioso lo copia o se mimetiza. La filosofía de esta técnica es respetar el umbral de dolor del consultante, su movilidad y la capacidad articular.

Esta terapia cuenta con una variedad de recursos importantes que permiten abordar diversos desequilibrios. Con los balones se pueden hacer movilizaciones, estiramientos, amasados, presiones, rebotes, ejercicios isométricos, según la necesidad de cada persona. Esto hace que el consultante sienta un efecto de profundo relax; los músculos se sueltan y oponen menos resistencia al trabajo. Puede realizarse en una camilla, en el piso, utilizando la pared y fisiobalones.


Los beneficios son muchos. Mejora la postura y el tono muscular en reposo, relaja, mejora la circulación, reduce el distrés, invita a tomar conciencia del esquema corporal y su integración. En el caso de las embarazadas puede ser de gran ayuda al parto, ya que estimula y fortalece el suelo pélvico. Por supuesto hay que tener recaudos; trabar con embarazadas requiere de conocimientos previos sobre el tema, hay que saber trabajar sobre la particularidad de cada una y las posibilidades de su cuerpo. Lo mismo sucede con las personas mayores o quienes tienen afecciones físicas; el terapeuta debe saber cómo abordar determinados temas y qué ejercicios o masajes puede hacer en cada caso; en sí la esfera es inofensiva, es más un elemento que ayuda de manera no invasiva y genuina.

La sesión dura entre una hora y una hora y cuarto. Se puede recibir cada cuarenta y ocho horas y, llegado el caso, si es con ejercicios suaves, todos los días.

Es fundamental que quien brinda el masaje esté muy bien preparado para abordar y armar el tratamiento adecuado para cada persona. Por ello, esta formación la pueden tomar masoterapeutas, reflexólogos, profesores de educación física, profesionales de la salud, estudiantes de terapias complementarias y, según los conocimientos previos de cada uno, será el tipo de aplicación que le pueda dar. También, quienes no tengan alguna formación específica pueden aprender la técnica para realizarse autotratamiento. Esferomasaje, el arte de lo circular es para todos porque invita a conectarse con el movimiento natural y vital que se necesita para rodar la vida en armonía y plenitud.

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